Después de más de una hora de conducción por carreteras polvorientas al oeste de Karatu y al Cráter del Ngorongoro se llega a la ribera norte del lago Eyasi, un lago alcalino que se extiende unos 50 kilómetros al sur-oeste.
El Lago Eyasi ofrece uno de los paisajes más interesantes del las planicies del norte de Tanzania, sobre todo por tratarse de un lago que, durante muchos meses del año, se encuentra prácticamente seco, lo cual hace que la fauna y flora locales estén adaptados a estas circunstancias.
En los alrededores del lago se pueden encontrar algunos estupendos ejemplares de baobabs, uno de los árboles más llamativos que se dan en esta zona del mundo.
Esta zona está habitada por pequeñas agrupaciones de la tribu de los bosquimanos – los hadza y Watindiga, que viven de la caza con arco y flechas y de la recolección de raíces tubérculos y frutos silvestres, tal como hace 100 años, en la Edad de Piedra, años la humanidad sobrevivía.
Otra tribu interesante en la zona son los Datoga, que también habita en los bosques de alrededor del Eyasi.La visita a estas dos tribus es uno de los atractivos de la zona, además es un lugar ideal para los observadores de aves o los que sólo quieren relajarse a pasar dos o tres noches disfrutando de la tranquilidad de sus bosques.
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